lunes, 27 de abril de 2009

Pasan los minutos y dirigimos nuestra mirada hacia el Oeste para contemplar la puesta de sol, dicen los expertos que el color del cielo en esta región es único, que la atmosfera y las condiciones climáticas influyen de tal manera que le confieren unas características diferentes a otras zonas, hay que darles la razón a los expertos. En la lejanía se adivina la sierra de Elvira y aún más lejos Parapanda y los montes de la subbética ocultan ya el sol y el cielo se convierte en una paleta de pintor en la que se mezclan las mil tonalidades que componen un atardecer en Granada.

Durante la guerra de Granada y más aún cuando los cristianos comienzan a poner cerco a la capital, múltiples son las escaramuzas acaecidas en la Vega granadina. Una de estas incursiones la protagonizó la misma Reina Isabel de Castilla que, deseosa de contemplar la belleza de la ciudad soñada, se aventuró acompañada de sus más hábiles caballeros hasta lo que hoy es la localidad de La Zubia.
Aunque las tropas cristianas no tienen intención de entrar en combate ya que la empresa es únicamente para examinar la ciudad, la batalla se produce estando los musulmanes en clara superioridad numérica de efectivos. Y es aquí donde comienza la leyenda; la Reina alarmada ante los acontecimientos imprevistos se encomienda a San Luis rey de Francia escondida tras un laurel al que pide salir victoriosa del altercado. Y efectivamente así fue, los cristianos vencen a pesar de la desventaja, y la reina agradecida manda edificar un convento en honor de San Luis, edificio que se levantó finalmente hacia el 1500.
En 1862 Isabel II compra el desamortizado convento y sus huertas aledañas llamadas "del laurel". Ese mismo año la reina visita la población de La Zubia, en su honor se construye un hermoso templete a modo de mirador para que pudiese disfrutar de las hermosas vistas que, de Granada, se divisan desde aquí como ya hiciera su antecesora.Todavía hoy se levanta el convento, las huertas y el templete propiedad de las hermanas mercedarias de la Caridad aunque lamentablemente no se puede visitar al ser una propiedad privada.

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